Aproximadamente hacia los finales de los 700 años d.C. empieza a producirse un fenómeno más o menos homogéneo con el surgimiento de la cultura Wari la cual corresponde al Período del Horizonte Medio (800 a 1,100 d.C), y aunque no se ha precisado el tipo de control e influencia que ejerció sobre otras culturas regionales, logró cierta unificación y expansión de una cultura propia.
En la textilería se observa una fusión de estilos, por un lado de policromía y sentido no figurativo de Nasca, con la lógica estructural y ordenamiento de los
Wari. A su vez el arte Wari contiene fuerte "influencia" del estilo Tiahuanaco sobre todo en la representación iconográfica de personajes alados portando báculos, tal como aparece en la litoescultura de la Portada de Tiahuanaco. Estos personajes, también llamados "ángeles", son los mas representados en la iconografía Wari. Los diseños pasan por un proceso de fragmentación, sustitución, distorsión, dislocación y estilización geométrica hasta desaparecer casi por completo el diseño original y quedar solo en una composición de símbolos abstractos. Los tejidos Wari son de calidad inigualable, tanto en la técnica del tejido que preferentemente fue la del tapiz, como en la finura del hilado, asimismo en la estilización y armonía de diseños y colores. El tejedor explotó al máximo las posibilidades de diseño y color manufacturando camisas (unkus), fajas, bolsas, gorros de cuatro puntas trabajadas en la técnica de "simili velour", la cual produce una textura aterciopelada.
INTRODUCCION
El imperio Wari es sin duda uno de los puntos más altos de desarrollo en los andes centrales durante la historia, algunos plantean que no tiene esta particularidad, es decir que no fue un imperio ya que no posee evidencias escritas para comprobar ello entre otros aspectos. Pero lo más importante es lograr observar las demás fuentes que dejaron, lo que permitió que Wari someta a otros estados mediante la violencia y su ideología así como también comprender su caída abrupta producto de las contradicciones internas y al descontento del pueblo Wari.
Para ello usaremos nuestras capacidades de retención, imaginación e interpretación de las situaciones dadas en este periodo de nuestra historia y así poder entender cuales fueron sus ventajas que hicieron posible la formación de este “imperio” así como también poder reflexionar con respecto a los errores administrativos y sociales que conllevaron de la mano su caída irremediablemente.
Sin duda esto nos servirá como modelo de lo que debemos y no debemos aplicar en una sociedad y así poder forjar el crecimiento junto con el desarrollo, aspectos que hoy en día son aplicados en forma independiente.
Los wari fueron una civilización que fue floreciendo en el sur de los Andes entre los
Años 500 hasta 1000 años D.C.
UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LA CULTURA WARI
La cultura Wari se desarrolló hacia fines del período denominado Horizonte Medio en el área de Ayacucho. Donde comenzó a desarrollarse una tradición de centros urbanos con influencia Nazca y Tiahuanaco, la cual se sobrepuso a Nazca. La cultura Wari empezó su expansión hacia el norte, sur y oeste, y en poco tiempo, la zona del Perú central estaba bajo Wari.
El Estado Wari se expande hacia la sierra norte hasta Callejón de Huaylas, hacia la sierra sur de Cuzco y en la costa central y sur; ¿Wari llegó hasta Cajamarca por el norte, La Libertad, Moquegua y Sicuani por el sur.
En cuanto a la cronología he podido apreciar pequeñas diferencias según la fuente de información: unos dicen que es desde 550 d.C. hasta 1,000 d.C., y otros que va desde 600 d.C. hasta 1,100 d.C.
La cultura Wari se originó en un medio ambiente difícil: la región de ayacucho. Esta es una zona seca y árida en la que resulta muy difícil cultivar debido a los suelos pedregosos y a la escasez de agua. Todas estas características del medio donde se desarrollo son la razón de su nombre. La palabra Wari es un Vocablo quechua que significa indómito y agreste
Para superar esta limitación, los Wari realizaron obras de canalización y drenaje y crearon andenes en las laderas de los escarpados, cerros, ampliando la superficie cultivable de modo significativo.
Las punas ubicadas al sur de Ayacucho significaron una rica fuente de recursos, por encontrarse cubiertas de pastos y ser un refugio para la mayoría de las vicuñas de nuestro país. En esta zona se cultivaron tubérculos como la papa, el olluco, la mashua y la coca.
Patrón de asentamiento
Los waris fueron los primeros en desarrollar la idea de “ciudad” en el área andina. Levantaron grandes complejos arquitectónicos, con enormes muros que encerraban las casas, almacenes, calles y plazas. Construyeron edificios para la administración civil y para las guarniciones militares y sus núcleos urbanos estaban organizados en barrios de artesanos, como los de ceramistas o de tejedores. Todas las construcciones eran amplias y de un solo piso, siguiendo una arquitectura planificada, rectangular y simétrica que demostraba un alto grado de jerarquización social. Dada su enorme extensión, el estado mantenía enclaves en distintas partes de su imperio, tales como los descubiertos en los valles de Nazca o de Moquegua.
ORIGEN DE LA CULTURA WARI
El estado imperial Wari o Huari, se formo sobre la base de un pequeño reino ubicado en la zona que hoy corresponde al departamento de Ayacucho y que se le conoce como el reino Huarpa. Este pequeño reino tenía, antes del siglo X intenso comercio con nazca y con la zona del altiplano. En sus orígenes, Wari fueron una etnia que absorbió los rasgos de la cultura Huarpa, algunos elementos de la cultura Nazca y caracteres de la religión Tiahuanaco.
DESARROLLO DE LA CULTURA WARI
La cultura Wari se desarrollo gracias al gran avance de la agricultura y la ganadería pudo expandirse por casi todo el territorio peruano. Por ello se le conoce como la cultura Pan andina, para una buena administración de las regiones sometidas se tuvo que crear los Centros Urbanos Administrativos (ciudades cabeza de región). Este imperio se expandió mediante conquistas militares que les permitió alcanzar su máxima extensión de manera muy rápida lo cual también facilito su decadencia
CULTURAS INFLUYENTES PARA LA CULTURA WARI
La cultura Wari es una síntesis de tres importantes culturas como Huarpa, Nazca y Tiahuanaco. Adopta la organización rural de los huarpas, gracias a la interacción entre la tecnología y el comercio de los nazca existirá mejoras en la artesanía como la cerámica; De los tiatuanaco adoptan sus dioses, sus mitos y sus leyes.
ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA CULTURA WARI
Debido a su orientación urbana y militar, Wari mantenía una fuerte jerarquía social, encabezada por las clases dirigentes. Los sacerdotes y en especial los guerreros, debieron haber ocupado un lugar importante dentro de la sociedad, la cual ejercía su poder desde los centros urbanos. Esta pirámide social tenía en su base a una gran masa de agricultores y pastores. Algunos piensan que Wari y Tiahuanaco formaban un estado dual, donde Wari mantenía el centro del control político y militar, mientras Tiahuanaco se encargaba de las actividades más ceremoniales. Si bien ésta es sólo una hipótesis sin mayor fundamento, es indudable que ambos imperios mantuvieron conexiones, así como rivalidades económicas y políticas.
La superpoblación de la ciudad, el abandono del campo y quizás una sequía origino la carencia de productos alimenticios que por un corto tiempo debió solucionarse mediante el intercambio de artesanías por productos agrícolas hasta que fue insuficiente y optaron por la conquista por medio de la guerra, ósea por la explotación de las colonias conquistadas, esto debió ocurrir entre los años 800 dc. Al 1200 dc.; llegando a constituir su imperio que abarco desde Cajamarca y Lambayeque hasta Sicuani y el norte de Arequipa. Los tributos se hicieron posible al mantenimiento de las grandes ciudades fundadas como colonias y crearon al mismo tiempo un intercambio de productos e ideas similares a lo largo y ancho de los andes centrales.
En lo social el aporte Wari fue especialmente trascendente y significativo, pues, como ya se ha indicado, los waris hicieron la revolución urbana, dieron lugar al nacimiento del estado, secularizaron la sociedad y el poder, organizaron las comunidades en ayllus, inventaron la planificación y el urbanismo e impusieron sus patrones de asentamiento urbano en todo el mundo andino. En la Comarca, salvo Caja marquilla, no quedan otros restos materiales de la actividad Wari en el campo del urbanismo, pero en la estructura de la sociedad Yunga de la época el impacto fue notorio y los cambios importantes. El resultado de los mismos se aprecia con claridad cuando se estudia la organización y realizaciones de los señoríos y cacicazgos de los valles comarcanos en el periodo siguiente o se advierte la estructuración dual que muchas comunidades campesinas tienen hasta hoy.
ORGANIZACIÓN POLITICO – MILITAR DE LA CULTURA WARI
Para asegurar sus conquistas y administrarlas debidamente los Wari establecieron, en puntos estratégicos del territorio imperial, enclaves que oficiaban de centros administrativos y lugares de captación de recursos provinciales y remisión de los mismos a la metrópoli. Crearon así, planificada mente, los centros de Viracocha Pampa, en Huamachuco, Vilca Huain, en Huaraz, Wari Vilca, en Huancayo, Cajamarquilla, en Lima y Pique Llaqta, en Cuzco. Naturalmente, también construyeron una red que vinculaba dichos sitios entre sí y los comunicaba directamente con la metrópoli, para permitir el envío de los tributos provinciales, el ir y venir de los comerciantes y en especial la rápida marcha de los ejércitos conquistadores para así extender su territorio.
Parece que los Wari practicaban una política colonialista centralizada, en que solo interesaba el beneficio de la metrópoli en función de la máxima explotación de los territorios colonizados o conquistados. Por ello, sus asentamientos tenían la condición de verdaderos enclaves coloniales creados para controlar, política y económicamente el territorio en el que se asentaban. Los Centros Administrativos eran verdaderas "factorías" que focalizaban la actividad comercial de la región, captaban su producción, la almacenaban y la remitían a la metrópoli ayacuchana, todo ello dentro de las seguridades del caso. Por eso los Centros se rodeaban de altas murallas concéntricas y las zonas de habitación dentro de ellos eran cerrados recintos a los que sólo se podía ingresar escalando los muros desde estrechas callejas, que eran sustituidas, en muchos casos, por caminos que discurrían por lo alto de los gruesos murallones. Por eso también, los integrantes de la burocracia administrativa y las guarniciones militares imperiales no se afincaban en las provincias y regresaban a Wari tan pronto coma cumplían su misión de servicio y en caso de fallecimiento eran llevados al solar nativo para que los auquis tutelares velaran por ellos, y el Dios de los Báculos pudiera incorporarlos a su séquito de seres alados. Probablemente esta es una de las razones por las que en las provincias casi no existen pueblos, palacios y cementerios Wari y tampoco templos o sitios ceremoniales, no obstante tratarse de gente que practicaba una religión ecuménica con fuerte sentido proselitista.
Centralización
WARI
Colonias urbanas
Colonias urbanas
ORGANIZACIÓN ECONOMICA DE LA CULTURA WARI
La infraestructura económica Wari alcanzo gran despegue gracias a la agricultura, Ganadería, comercio y artesanías como la arquitectura, cerámica y orfebrería. Wari era un estado con un fuerte desarrollo urbano, aun cuando en zonas más periféricas conservaba un carácter aldeano y campesino. Mantuvieron intercambio económico y cultural con otros estados, especialmente con Tiahuanaco, con el cual aparentemente las relaciones eran tensas.
Su economía estaba basada en la agricultura de productos como el maíz, la papa y la quinua, así como en la ganadería de llamas y alpacas. Wari fue una sociedad urbana que canalizaba su economía partir de una fuerte planificación. Como resultado, la ciudad se convirtió en el motor de la producción y la distribución de la riqueza agropecuaria y manufacturera. Los Wari impulsaron grandemente la agricultura intensiva, la producción masiva de bienes y productos y un activo intercambio comercial.
Para aumentar la producción agrícola de las provincias y obtener excedentes para reforzar el abastecimiento de la región ayacuchana cuya agricultura no alcanzaba a satisfacer las necesidades de una numerosa y creciente población urbana, los Wari impulsaron la construcción de importantes obras hidráulicas en todo el Imperio; de ellas quedan restos en los valles de Moche y Virú.
La cultura Wari tuvo que desarrollar la agricultura, debido a que su población iba en aumento y no podía ser alimentada sólo con la ganadería, lo cual dio lugar a reemplazar el pastoreo de llamas por el cultivo de papa. Está rápida conversión del pastoreo a la papa, permitió a Wari contar con una importante área de aprovisionamiento para su propia capital.
Para aumentar la producción y productividad de los artesanos provincianos, los Wari promovieron el uso de sistemas que facilitaban la fabricación de ciertos bienes, logrando la estandarización y producción en serie de los mismos.
Tal fue el caso de la cerámica en la que se popularizó el uso de moldes logrando una producción masiva de objetos de gran demanda popular. En toda la costa se practicó dicho sistema, especialmente durante la época tardía en la que se desarrollaron los estilos epigonales, siendo las cerámicas de Lambayeque y Chancay los casos más notables de moldeado.
El activo comercio practicado por los Wari determinó la construcción de grandes centros de almacenaje y de extensas redes de caminos. Ejemplos de lo primero lo constituyen los numerosos Centros Administrativos Wari que existieron en la Costa y en la Comarca la ciudad de Cajamarquilla, con sus extensas y numerosas zonas de colcas y depósitos.
La actividad comercial Wari, que recogía la producción de las regiones costeñas para intercambiarla con la de las serranas, debió ser de gran importancia y ocupar a numerosas personas, pues deja una honda huella en los hábitos de los pobladores Yungas. Tenemos así que, en el periodo posterior, gran parte de los costeños se dedicaba únicamente al comercio, llegando a constituir hasta un tercio de la población en el valle de Chincha. La actividad comercial cumplió un rol destacado; ya que los waris tuvieron varias ciudades ejes que centralizaban la faena mercantil. Eran verdaderos centros coloniales que sometían y explotaban a los pueblos vecinos circundantes (ya que era un estado colonizador, expansivo y guerrero), canalizando, así, Wari la mayor productividad de bienes.
Los caminos debieron jugar un rol vital en el Imperio Wari; no cabe imaginarse su existencia y funcionamiento sin una extensa y eficiente red caminera que sustentara sus relaciones político-económicas. Como todo estado despótico su seguridad y bienestar dependían de la rapidez de las comunicaciones, de la celeridad con que pudieran trasladarse sus fuerzas, conquistadoras o represivas, y del permanente abastecimientos de la metrópoli.
Dichos caminos existieron vinculando Wari con todos los Centros Administrativos Provinciales del Imperio, aunque no conozcamos en la actualidad huellas de los mismos. Unos deben de haber desaparecido por acción del tiempo, otros deben de haber sido involucrados en la red caminera que los Incas implementaron, usando y ampliando las viejas vías existentes, es posible que algunos todavía subsistan escondidos por las anfractuosidades naturales y el polvo de los siglos.
ALFARERÍA DE LA CULTURA WARI
La alfarería Wari se muestra como un crisol de tres distintos estilos. Muchos de sus diseños presentan semejanzas formales con los personajes de Tiwanaku y Pukara, tales como los chamanes alados o el "Personaje de los Cetros", mientras que las formas de las vasijas destacan por sus botellas de dos golletes que evocan la cultura Nazca.
ANDENES Y CAMINOS
Lo más admirable de todo lo que hicieron para el desarrollo de su agricultura, fue la construcción de los llamados andenes, sistema de terrazas construidas en las faldas de los cerros para evitar la erosión del terreno y ampliar la frontera agrícola. También se puede afirmar, según Guillermo Lumbreras, existían caminos entre ciudad y ciudad. Caminos que sirvieron para el desarrollo económico y fundamentalmente para poder controlar el estado de carácter colonizador, expansivo y guerrero.
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