miércoles, 29 de abril de 2015

La Quincha de Caral

Los recintos de quincha de Caral se caracterizan por el uso de postes de huarango (15 a 30 cm de diámetro) como soportes principales. En base a ellos se tejió un armazón al que se atravesaron, de manera horizontal, cañas y carrizos en pares y en menor grado otros tallos menores. 

La Quincha de Caral

Mecánica de fluídos
En la Ciudad Sagrada de Caral se han encontrado cinco altares con fogones, especialmente diseñados. Todos presentan conductos de ventilación subterráneos, que tenían la función de mantener el fuego encendido por un tiempo prolongado, mediante el aprovechamiento de la fuerza de los vientos. 

La Quincha de Caral

BIENES MANUFACTURADOS PARA LA VIDA COTIDIANA
En cada uno de los siete asentamientos que vienen siendo excavados se han recuperado instrumentos que fueron usados en las actividades cotidianas preparación y consumo de alimentos. Al igual que en las sociedades tardías, la organización de grandes festines y banquetes por parte de la clase gobernante habría permitido afianzar los lazos de cohesión de la población. 

La Quincha de Caral

El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron mates como contenedores, botellas, tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos.

Textilería de la Cultura Caral
 Producción e Innovación Tecnología de Textiles

Una de las actividades más importantes que caracterizó a la sociedad de Caral fue la producción y el almacenamiento de algodón en gran escala. Esto se evidencia en el hallazgo de abundantes semillas y motas de algodón (Gossypium barbadense) en sus diversos asentamientos. Destacan los grandes atados compactos de algodón de colores, pardo, marrón, crema y beige, procedentes de Miraya y la Ciudad Sagrada de Caral.

Con la introducción del algodón se optimizó la industria textil de los inicios de la civilización. La incorporación de este producto agrícola añadió nuevas posibilidades y variantes al proceso del tejido: con la docilidad del algodón y de el hilado se obtuvieron fibras más finas, y, al mismo tiempo, de acuerdo al grado de torsión y retorsión, mayor resistencia.

Sin embargo, no se dejó de lado el uso de otras fibras vegetales (totora, junco, cabuya, enredadera, corteza de madera, etc.) que antecedieron al uso de algodón en la producción textil. Más bien, con la mezcla de los materiales se añadieron nuevas posibilidades al tejido, como en el caso del quipu, recuperado en el Edificio Piramidal La Galería de la Ciudad Sagrada de Caral. 

Uso y valor simbólico de los textiles

En la sociedad Caral se ha registrado el uso de textiles con diferentes fines:

- Doméstico, para vestidos, calzado, etc.
- Intercambio, con fibras, cordeles, etc.
- Como marcador de status social, mediante elaboradas prendas y tocados con diseños estructurales.
- Ritual, con objetos como los “ojos de dios” y telas para incinerar.
- Registro de información: quipus.
- Material de construcción: para aplicar capas de pinturas en los enlucidos.
Taller textil

El registro arqueológico evidencia el uso de telares, agujas de hueso y madera, ruecas de diferentes materiales, punzones y espadas de tejer de hueso, así como ovillos, hilos, cuerdas e hilos retorcidos.

Elaboraron textiles de distintos colores naturales, con variadas técnicas (torzal, anillado, llano, etc.) y diseños estructurales.

Cestería, fibras vegetales y shicras
La cestería fue una de las actividades artesanales de importancia en la sociedad Caral. Consistió en la manufactura de cestas, sogas, esteras y, principalmente, bolsas o shicras con fibras vegetales como totora (Schoenoplectus sp. y Typha sp.), junco (Cyperus laevigatus), caña brava (Gynerium sagittatum), carricillo (Phragmites australis), cabuya (Furcraea sp.) y cortadera (Cortaderia sp.). Este último material fue obtenido en las regiones altoandinas (2500-3000 m s. n. m.).

Manufactura de Bienes de Prestigio, Cuencas, Collares, Etc.
El sistema económico de la Civilización Caral, sumado al sistema sociopolítico, generó especializaciones que, a su vez, crearon excedentes en la producción y permitieron la acumulación de riquezas. Los excedentes fueron invertidos en proyectos de beneficio público y en el mantenimiento de una élite que asumió funciones administrativas, religiosas, políticas y tecnológicas.

La élite se diferenció por los adornos personales (collares de cuentas de concha de moluscos) y los bienes de prestigio (tejidos de algodón, utensilios, entre otros), de uso exclusivo 

Talleres.
Mediante la división y sistematización del trabajo en la sociedad de Caral contaron con especialistas encargados de la producción de bienes de prestigio. Ellos se instalaron en diversos talleres donde elaboraron collares, cuentas, dijes y otros objetos para el arreglo personal de vivos y muertos.

En la manufactura usaron diversos instrumentos, como percutores, alisadores y perforadores de piedra y hueso.

La materia prima utilizada para los adornos personales era traída de diferentes lugares: huesos de animales marinos y conchas del litoral, piedras semipreciosas y otros minerales de la sierra, caracoles y madera de la selva andina y mullu del Ecuador.
La Quincha de Caral





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