Leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo
Ellos recibieron el encargo del Dios ''SOL'' de dirigirse hacia el norte llevando una vara de oro, la cual periódicamente debían tratar de hundir en el suelo hasta encontrar un lugar donde la vara entrase fácilmente para luego establecerse ahí. Esto ocurrió al pie del cerro Huanacaure (Cuzco), adonde convocaron a todos los pobladores de las áreas vecinas. Allí, los convencieron de su origen divino y de su labor civilizadora. De esta manera, y siguiendo los supuestos de su padre Sol, Manco Cápac enseñó a los hombres a cultivar la tierra, el maíz, a hacer canales de riego y a construir casas de piedra. Mientras tanto, Mama Ocllo, enseñaba a las mujeres a hilar y tejer para hacer vestidos de lana y algodón.
Los Hermanos Ayar
Los Hermanos Ayar
El dios Huiracocha, después de ordenar el mundo, hizo salir de la cueva de Pacaritambo a cuatro parejas de hermanos: I) Áyar Cachi y Mama Huaco, II) Áyar Uchu y Mama Ipacura, III) Áyar Auca y Mama Rahua, y IV) Áyar Manco y Mama Ocllo.
De Pacaritambo, los hermanos se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre de este cerro, Áyar Cachi lanzó algunas piedras con su honda, quebrando con ello a otros cuatro cerros. Temerosos de la fuerza de Áyar Cachi, sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de los que se habían olvidado. Una vez en la cueva, lograron encerrar a Áyar Cachi en su interior. Los demás hermanos volvieron al cerro Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Matagua, cerca del Cusco.
En esta quebrada, Áyar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol y trajo el encargo de cambiar el nombre de Áyar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir este mensaje, se convirtió en un ídolo de piedra. Manco Cápac, Áyar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en un pueblo cercano a Matagua y luego bajaron al Cusco, donde fueron reconocidos como «hijos del Sol». Luego de esto, las tropas de Manco Cápac conquistaron a todos los grupos del valle, lucha en la que su hermana Mama Huaco hizo creer a sus enemigos que se alimentaba de carne humana.
El Delfín Rosado
De Pacaritambo, los hermanos se dirigieron a un cerro llamado Huanacaure. Desde la cumbre de este cerro, Áyar Cachi lanzó algunas piedras con su honda, quebrando con ello a otros cuatro cerros. Temerosos de la fuerza de Áyar Cachi, sus hermanos decidieron librarse de él y regresaron a Pacaritambo con el pretexto de recoger algunos objetos de los que se habían olvidado. Una vez en la cueva, lograron encerrar a Áyar Cachi en su interior. Los demás hermanos volvieron al cerro Huanacaure y luego siguieron rumbo a la quebrada de Matagua, cerca del Cusco.
En esta quebrada, Áyar Uchu voló al cielo para hablar con su padre el Sol y trajo el encargo de cambiar el nombre de Áyar Manco por Manco Cápac. Luego de transmitir este mensaje, se convirtió en un ídolo de piedra. Manco Cápac, Áyar Auca y las cuatro mujeres sembraron coca y ají en un pueblo cercano a Matagua y luego bajaron al Cusco, donde fueron reconocidos como «hijos del Sol». Luego de esto, las tropas de Manco Cápac conquistaron a todos los grupos del valle, lucha en la que su hermana Mama Huaco hizo creer a sus enemigos que se alimentaba de carne humana.
El Delfín Rosado
En los ríos de la selva Amazónica suele presentarse a los pescadores nativos y a los forasteros, el espíritu de una misteriosa y bella mujer que atrae y encadila con su canto.Pero su presencia aturde, porque en realidad es un animal.
La leyenda dice que una bella joven llamada Yarina se embelesó con un amor prohibido; por eso, desolada se entregó al demonio del río recibiendo la maldición de cantar eternamente y de capturar a las almas de los incautos.
Desde entonces, suele enloquecer al hombre presentándose como una atractiva mujer, que en realidad es el delfín rosado.
El Ekeko
La leyenda dice que una bella joven llamada Yarina se embelesó con un amor prohibido; por eso, desolada se entregó al demonio del río recibiendo la maldición de cantar eternamente y de capturar a las almas de los incautos.
Desde entonces, suele enloquecer al hombre presentándose como una atractiva mujer, que en realidad es el delfín rosado.
El Ekeko
Un grupo de indios collas, a orillas del lago Titicaca, tallan desde hace muchos años unos muñecos muy pequeños, empleando piedras, plata, oro, cobre y arcilla como homenaje al Dios ''Ekeko o Tonupa (Dios de la fortuna)'' quien los vigila complacido entre las nubes del cielo.
Con los años, esa leyenda se ha transformado en una bonita tradición. Hoy en día, en muchas ferias de la sierra peruana, los vendedores indígenas ofrecen estos hombrecitos a los compradores y turista. Van provistos de ropa de lana, listos para agregarles alasitas (significa ''comprame'' en aymara, conocidos como amuletos)de casas, animales, billetes y démas productos para llamar a la fortuna. Su fiesta es el 24 de enero, remontándose su vigincia desde 1793.
Con los años, esa leyenda se ha transformado en una bonita tradición. Hoy en día, en muchas ferias de la sierra peruana, los vendedores indígenas ofrecen estos hombrecitos a los compradores y turista. Van provistos de ropa de lana, listos para agregarles alasitas (significa ''comprame'' en aymara, conocidos como amuletos)de casas, animales, billetes y démas productos para llamar a la fortuna. Su fiesta es el 24 de enero, remontándose su vigincia desde 1793.
El Paititi
Segúun relatos de los indios Machiguengas de la selva de Madre de Dios, en la zona de Pantiacolla (a orillas del Río Sinkibenia), se encuentra el Paititi, es una ciudad perdida construida a base de columnas de oro macizo, donde aún reina el último heredero de los Incas.
Las creencias se extienden hasta nuestros días, pues se dice que en la zona, surgen visiones extrañas y que los aviones sufren repentinos desperfectos. Allí, en 1975, el satélite USA Landsat2 captó sensacionales fotografía; saliendo a la luz los petroglifos de Pantiacolla,cuyos autores se desconocen,que los nativos consideran sagrados.
Naylamp
Las creencias se extienden hasta nuestros días, pues se dice que en la zona, surgen visiones extrañas y que los aviones sufren repentinos desperfectos. Allí, en 1975, el satélite USA Landsat2 captó sensacionales fotografía; saliendo a la luz los petroglifos de Pantiacolla,cuyos autores se desconocen,que los nativos consideran sagrados.
Naylamp
Naylamp fue un Príncipe preinca que surgió del mar en caballito de Totora. Llegó con sus subditos recalando en el valle del río Faquisllanga.
Llevaban un idolo verde llamado Yampallec(Lambayeque), que colocó en un lugar donde posteriormente se erigiría el templo Chot, fundando la dinastía de los doce soberanos.
Pero el último de los reyes de esa casta, Fempellec, se portó mal con los dioses recibiendo como castigo lluvias, vientos y huaicos devastadores. Quedó destruido el templo Chot, actualmente la huaca Chotuna (HUACA = Edificio piramidal dedicado a la veneración, donde los nativos del Perú adoraban a sus dioses), ante el pánico de la población; mientras que el Dios Naylamp, desde lo alto, destilaba toda su ira reprochándole su indigno proceder.
Llevaban un idolo verde llamado Yampallec(Lambayeque), que colocó en un lugar donde posteriormente se erigiría el templo Chot, fundando la dinastía de los doce soberanos.
Pero el último de los reyes de esa casta, Fempellec, se portó mal con los dioses recibiendo como castigo lluvias, vientos y huaicos devastadores. Quedó destruido el templo Chot, actualmente la huaca Chotuna (HUACA = Edificio piramidal dedicado a la veneración, donde los nativos del Perú adoraban a sus dioses), ante el pánico de la población; mientras que el Dios Naylamp, desde lo alto, destilaba toda su ira reprochándole su indigno proceder.